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miércoles, 26 de octubre de 2011

El poder de un abrazo

En los últimos días donde la corrupción, la intolerancia y la violencia parece ganarnos a todos, les doy a todos ustedes un lindo regalo: Un gran abrazo: Un abrazo es entrega, una medicina, es compartir más que un apretón, es recordar que en este mundo (a pesar de todo) no estamos solos. 


Lo mejor es que todos tenemos a nuestro alcance la posibilidad de abrazar, tanto a quienes nos acompañan con amor, como a quienes nos miran con sentimientos contrarios




Espero les guste

lunes, 28 de junio de 2010

Tus celulares, cada día más necesarios

Corría el último año del siglo pasado cuando trabajaba en una tienda y entre las tantas cosas que se ofrecían (se vendía de todo un poco) empezamos vendiendo celulares (Móviles). En esos tiempos operaban Telefónica y BellSouth y el uso de los equipos celulares no era masivo como en estos días. 

Al principio no le dí mucho interés, pero conforme pasaban los meses y las ventas de éstos equipos se incrementaban, entonces decidí comprar uno. El primer equipo que compré fue un Motorola Tango 300, (conocido comúnmente como ladrillo) un equipo que no tiene comparación con ninguno de los que existen hoy en día pues si bien era grande y tosco en su aspecto, era un gran equipo que nunca fallaba y que nunca perdió señal este donde esté (La señal nunca se perdía no importando si estaba en sótano). Para muchos el  teléfono celular más completo de la historia de la comunicacion en la humanidad... y yo lo tuve.

Motorola Tango 300

Luego, cada vez más familiarizado con la compra y venta de telefonía, le compré a un importador otro Equipo Motorola la cual inicié el nuevo siglo: era el modelo Multitac y lo tuve por casi dos años. Un equipo muy bueno.


Motorola Multitac

Luego, quise probar con otra marca de celular y compré de alguien que venía de EE.UU. un Nokia 6130. Fue un equipo que me sorprendió pues disponía de tantas funciones que no solo me sirvió para conversar sino para registrar mi agenda. Era un equipo cuyo despertador funciona sin importar si estaba apagado o prendido (Como todos los Nokia de hoy en día). Gracias a éste celular le dí más importancia a las funcionalidades que traía los equipos celulares que compré en adelante.

Nokia 6130

Por el año 2002 cuando trabajé en la ciudad de Iquitos, y prosiguiendo con la experimentación de las marcas, me compré mi Primer Samsung. Era un Samsung delgado (Slim), el más delgado que existía en el mercado, de color plateado y con tapa...  era un celular que distinguía a quien lo usaba y con las mismas funcionalidades que tenía el Nokia antecesor solo que éste tenía un mejor diseño. El celular lo tuve por tres años y por desgracia lo perdí.

Por desgracia, BellSouth fue comprado por Telefónica así que tuve que acostumbrarme a la nueva empresa  con otras políticas y maneras de tratar al usuario. En el 2005 adquirí otro Samsung que reemplazó al que perdí. Fue el peor celular que tuve pues lo adquirí porque no había otro disponible en el momento: era horrible y con pocas funciones pero aún así  me duró un poco más de 1 año cuando lo perdí.

Luego, con la nueva tecnología GSM implantada por telefónica, adquirí el Nokia 2630. Éste equipo lo adquirí no solo por ser Nokia ni por su delgadez, sino porque tenía la capacidad de escuchar radio. Fue mi primer equipo a color.

Nokia 2630

Luego compré el Nokia 5200 y lo comencé a usa en paralelo. Éste equipo tenía la capacidad de agregarle una tarjeta de memoria donde almacenaba la música y vídeos que deseaba, la capacidad de navegar por Internet, y por último, la particular de instalar aplicaciones que descargaba de Internet. 

Nokia 5200


Luego, cuando fue reemplazado el celular por el que tengo ahora, lo traspasé a mi hija, que si bien no sabe usarlo (Tiene año y 5 meses) lo acompaña siempre para cuando quiera llamarla y escuchar su voz.

A inicios de éste año adquirí el Samsung SGH i637, un celular que me permite estar conectado en Internet, a las redes sociales y a mis correos electrónicos.


Samsung SGH i637


A escribir esta entrada, me sorprende como la tecnología ha progresado en los últimos10 años, no solo en su tamaño y forma sino en las funcionalidades... de iniciarse en un equipo para hablar por teléfono a convertirse en una herramienta necesaria para tu desarrollo profesional.

lunes, 12 de octubre de 2009

Enséñale a caer

Éste es un buen artículo de Beto Ortiz, espero que les guste:

Nunca emplees –con tu hijo– la palabra “obedecer” porque es un verbo indigno que denigra hasta a quien lo usa. Nadie es tan sabio que merezca ser obedecido. Enséñale, más bien, a dudar, a cuestionar, a rebelarse contra todo lo que le parezca injusto, sucio, cruel o falso. Anímalo a ponerse siempre del lado del que va perdiendo, del que se está llevando la peor parte, a proteger al pequeño y al frágil: al anciano, al pobre, al enfermo, a la flor, al niño, al perro. Y a serles fiel. Enséñale, por supuesto, a pelear por lo que cree. A guerrear como un loco por la verdad a como dé lugar, al precio que sea, hasta las últimas consecuencias. A creer en la gente que la busca y a dudar de la gente que la encuentra. Nunca prohíbas, convence. Nunca des órdenes, plantea siempre un gran abanico de alternativas. En lugar de pretender decirle lo que tiene que hacer, cuéntale tu experiencia: dile lo bien o mal que te fue en la misma situación y después déjalo solo. Que sea valiente y que decida solito. No le impongas tus opiniones. No le impongas tus afectos. No le impongas tus gustos. No le impongas tu religión. Ahórrale la mayor cantidad posible de miedos y de culpas y lo habrás librado de una inmensa carga de dolor completamente innecesario. No emplees nunca la palabra “cállate”. Jamás grites, ni golpees, ni castigues. Enséñale, más bien, que el que grita más es siempre el menos fuerte, que el que más maldice es siempre el menos temible, que el que insulta más es siempre el más imbécil.

No dejes de abrazarlo y besarlo sin falta todos los días. La certeza de que tú lo quieres más que a nada en este mundo será una razón para aprender a quererse primero y para (intentar) querer a los demás, después. No dejes de abrazar y besar a tu mujer delante de él, quiéranse siempre a la vista de todos pero cuando tengan ganas de pelear, esperen hasta que él se haya ido a la escuela y peléense en privado. No te permitas jamás, bajo ninguna circunstancia, la suprema cobardía de ofender ante él a su mamá. Recuerda que la madre es lo más sagrado y da la casualidad de que –antes que tu mujer– ella va a ser, sobre todas las cosas, su mamá. Suficiente confusión hay en la vida de los niños como para empeorarla con nuestras frustraciones, nuestros celos, nuestras deudas impagas y con toda nuestra mierda adulta. No toleres nunca en tu casa el dudoso lujo de la violencia, lo único que lograrás será hacer miserable su niñez y cuando crezca y se convierta en la atroz catástrofe que tan primorosamente cultivaste, te devanarás los sesos preguntándote qué hiciste mal. No tengas miedo de mostrarte débil, falible, imperfecto, equivocado, triste, roto, humano. No te avergüences de contarle tus miserias, tus traiciones, tus flaquezas, tus derrotas. Si le hablas con el corazón en la mano, desarrollará un espíritu solidario y compasivo y será capaz de hacerlas suyas también, aprenderá a no sentirse con derecho a reclamarte, a juzgarte y condenarte. No te avergüences de mirarlo a los ojos si un mal día te abraza el infortunio y te ves obligado a cambiarlo de colegio, a mudarte a una casa más chiquita, a vender el carro, a dejar de ir al cine, a comer menos lomo y más grated de atún. Si eso ocurriera –toca madera, claro– pero si eso ocurriera, díselo sin pena ninguna, dile que esta carretera en que viajamos nunca va en línea recta y que siempre habrá tramos que te sorprenden con súbitas curvas e intempestivas bajadas. Y si por el contrario, los dioses te bendicen y contigo la vida se ríe a carcajadas, tampoco se lo enrostres todo el tiempo, no le saques en cara que él tiene todo lo que tú nunca tuviste o que está –por eso– obligado a ser mucho mejor que tú. (Fíjate en la ridícula soberbia que encierra tamaño desafío). No lo obligues nunca a terminar la sopa apelando al hambre que tienen los niños del África a menos que tengas planeado animarlo a donar un porcentaje de sus propinas. Dale todo lo que necesite, pero tampoco mucho más. No olvides recalcarle que a los niños no se les diferencia por las marcas de sus zapatillas. Enséñale –por encima de todo– esa extraña alegría que solo se encuentra en el dar. Déjale muy en claro que cuanto menos tienes más libre eres, que –al final– tener no tiene absolutamente ninguna importancia.

No olvides enseñarle también a buscar la belleza. Entrénalo para encontrarla a cada paso en la perfección de la naturaleza o en el caos y aún en los lugares más insospechados. Por ejemplo: en su país, en el color de sus ojos, en la tristeza, en el silencio, en su interior. Nunca censures su curiosidad, no escatimes elogios a su gracia, talento o brillo, jamás silencies sus pasiones. No lo vigiles. No lo espíes. No lo invadas. Jugar es una actividad muy seria que requiere de la más absoluta privacidad. No le mientas nunca, ni para salir en defensa de un héroe de la patria, ni para hacerte negar en el teléfono, ni para justificar la imperdonable inasistencia de Papa Noel. Tampoco para intentar maquillar en algo los tramos menos admirables de tu biografía. Responde siempre con la verdad a todas sus preguntas, incluso a las más pendejas. Muéstrate siempre ante él gloriosamente desnudo, sin rubores, sin temores, en todo el esplendor de tu imperfección. Que no se olvide nunca de que su mente es el único paracaídas con que cuenta y que solo lo salvará si logra que se abra a tiempo. No le digas que tiene que leer libros, mejor asegúrate de que, en casa, siempre te vea leer. No le digas que estudie, haz que sea testigo de la pasión con que haces lo que sea que hagas en la vida para ganarte los frejoles. No le digas de qué alegrarse, de qué indignarse, a quién admirar y de qué compadecerse. Deja que lo aprenda solo –por imitación o por oposición– viéndote batallar, viéndote sudar, viéndote insistir. Viéndote triunfar y celebrar y también fracasar con toda el alma y volver a empezar todas las veces que sea necesario. Enséñale, por supuesto, a perder, que eso es algo que nos va a tocar hacer una y mil veces. Enséñale a fallar, a sufrir, a llorar, a caer.

Por lo que Dios más quiera, si solamente me vas a hacer caso en una, hazme caso en esta, guerrero: enséñale a caer.

sábado, 6 de junio de 2009

No me culpen por llevar una vida sedentaria, la vida me hizo así

Ya son varios años que vivo en mi propia casa y me he acostumbrado a ciertas comodidades que siempre las tomaba y si no fuera gracias a unos amigos que me hicieron la observación, tal vez no hubiese filosofado sobre este tema. El tema de hoy son los deliverys que hay por donde yo vivo.

Para que tengan una mejor noción de lo que quiero explicar, les contaré como es un fin de semana en mi casa junto a mi esposa e hija:

Día Sábado
Me despierto junto a mi esposa y comenzamos a preparar el desayuno. Al rato me acerco a la puerta de la calle y encuentro mis panes colgados en la puerta (La panadera suele dejármelo en la puerta a eso de las 6:30 am. y a fin de mes le pago todo junto) junto al periódico del día (Estoy suscrito al diario y también me lo dejan en mi puerta a la misma hora).

A eso de las 2 de la tarde (Cuando las tripas llaman) mi esposa comienza a ver los restaurantes deliverys para ver que almorzamos, discerniendo entre las siguientes opciones:
Ceviche
Pollo a la Brasa
Chifa
• Pastas
• Parrilla
• El menú de dos restaurantes que tenemos cerca que también hacen reparto a domicilio.

Mientras esperamos la comida, comenzamos a seleccionar la ropa que se encuentra sucia para lavarlo, así que llamamos a la lavandería para que se apersonen a la casa y se lleven la ropa más difícil de lavar, mientras que en mi lavadora lavo la ropa más fácil (Al día siguiente lo entregan limpio). Revisando en mi cajones de zapatos, encuentro uno que esta rajado en la suela por lo que se necesita repararlo, así que llamo al zapatero para que venga a mi casa y se lo lleven para que lo repare (Felizmente no se demoran más de 3 horas en arreglarlo salvo que sea algo trágico me lo entregan al día siguiente). Lo mismo sucede con la ropa que puede estar descocida donde llamamos a la costurera para que lo arregle o levante alguna basta de algún pantalón recientemente comprado.

Después del trajín, se me antoja ver algunas películas por lo que llamo al que alquila películas que me traigan un par de las nuevas que tienen. Para acompañar la película, llamo por teléfono al minimarket para que me traigan un litro de helado y una conserva de frutas.

En medio de la película mi bebe comienza a llorar y nos damos cuenta que ya no tenemos pañales. Entonces llamamos a la farmacia (De las tantas que existen) para que nos traigan una bolsa de pañales y algunas aspirinas para tenerlo en nuestro stock. Mientras llega la mercadería mi esposa me dice que tiene ganas de comer unos pastelitos, por lo que llamamos a la Dulcería (Dolceria Brasilera) para que nos traigan un par de pasteles: Uno de café y el otro de maracuyá, que dicho sea de paso son riquísimos.

Día Domingo:
Nos levantamos a eso de las 8 am. ya que tenemos que hacer la lista de lo que se va a comprar para la semana. Una vez terminado, llamamos al mercado para dictarles la lista y en una hora se acercan a la puerta de la casa con el pedido realizado.

Bajo al estacionamiento para darle la cera al limpiador de carros y le saque brillo a mi Vocho y observo que la llanta está algo desinflada, entonces llamo a "Carlitos" el mecánico de la zona para que se acerque e infle los neumáticos.

En la tarde Preparamos el almuerzo y por la noche llamamos a la sandwichería para solicitar una hamburguesa y una salchipapa.

Si no fuera porque tengo que salir de mi casa para trabajar (Si el dueño de mi empresa fuera más moderno lo podría ser desde mi casa) o para salir a alguna reunión o fiesta, podría quedarme siempre en mi casa. Lo malo de todo esto, es que cada vez el costo de las llamadas telefónicas aumentan... ¿vale la pena pagarlas?

viernes, 6 de marzo de 2009

Mi pobre angelito

Ahora que tengo la dicha de ser padre de una linda nena, todos los amigos que ya son padres me indican que tenga cuidado de cómo nombro las cosas ya que los niños siempre lo repiten, ya sea cuando están en el colegio o cuando se está en una reunión.


Cuantas veces vemos que los padres le ponen sobrenombres a los aparatos sexuales de sus hijos. Por ejemplo a la vagina le ponen sobrenombres como florecita, arañita, cucaracha; y al pene le dan nombres como colita o periscopio. Los profesionales de la materia recomiendan decir a sus hijas los nombres como son... ¡Esto se llama Vagina! ¡Esto se llama Pene!


Pero a veces poner sobrenombre a las cosas resulta beneficioso. Cuantas veces hemos escuchado decir a un niño o niña ¡Mami, quiero caca! O simplemente el niño se convierte en disco rayado diciendo la palabra ¡Caca! cada 4 segundos. Imaginen que estén en una iglesia. Que vergüenza hacen pasar a los padres. Felizmente mis padres fueron inteligentes en la materia y me enseñaron a decir “Cona” cada vez que quería ir al baño. ¿Qué significa Cona?, pues nada, solo era una palabra inventada para que cuando mis padres me escuchaban decirlo ya sabían lo que era. Sin vergüenzas, sin miradas de reojo, sin nada.


Escuché a alguien contar que en el colegio la profesora comenzó a preguntar a los niños si se habían bañado cuando en eso la niña se para y le dice a su profesora ¡señorita!, ¡yo me he lavado la cabecita, las orejitas y la cucaracha¡ ¿la cucaracha? Dijo la profesora ¡Si la cucaracha! dijo la nena indicándole con el dedo la parte del cuerpo a que se refería. La Dirección hizo llamar a los padres para llamarles la atención por la mala forma de enseñanza de las partes íntimas… ¡que roche!

Ser bueno no es bueno

Cuantas veces haz querido hacer una buena acción y al final terminas mal. A veces uno desea hacer una buena acción pero muchas veces terminamos tan mal que la próxima vez que alguien necesite nuestra ayuda lo pensaremos diez veces para hacerlo.

Entre los clásicos casos que escucho al reunirme con amigos es el de querer ayudar a una abuelita a cruzar la calle para que al final ella te insulte y te diga que no quería cruzar ¡No quería cruzar! te dice ¡Porque no avisó antes de hacerlo! uno responde a la vieja pensando de como no la atropella una aplanadora. Personalmente me pasó una vez con una viejita que me insultó en inglés.

Otro caso que siempre pasa es cuando te metes en una pelea de pareja... a pesar de que a la mujer la insultan, la humilla o le pegan uno quiere defenderla haciendo un llamado de atención al hombre pero en eso la mujer te mira y te dice frases como ¡Porque te metes! ¡Porque no te ocupas de tus cosas! ¡No te metas con él! A veces uno se pelea con el abusivo y en vez de salir a favor de su héroe, la mujer defiende a su atacante y entre los dos le sacan la M&#$da al pobre héroe. En plena golpiza se puede escuchar frases de la mujer como ¡yo soy la única que le pega! ¡Abusivo eres con mi esposo! ¡Porque no te metes conmigo!.... la mujer se convierte en una fiera para defender a su esposo... ¡Porque no le haces lo mismo a él cuando te pega! le dice el héroe a la mujer y ella en vez de responder le zampa una patada que noquea al incauto. Una vez escuché que la mujer maltratada, en complicidad con el esposo, mandaron a la cárcel al héroe aduciendo que lo quería robar.... ¡que cosa!

Otro caso es cuando le prestas plata a un amigo o familiar y al momento de cobrarle ni más lo vez Y si lo vez te dice ¡No me acuerdo!

Al última vez que me pasó algo similar fue al ayudar a un amigo de colegio, me dijo que su esposa estaba vendiendo pólizas de seguros que costaba 40$ mensuales y que le falta un registro para completar su cuota mensual sino la sacaban del trabajo… ¡Te inscribes y yo pago la primera cuota, luego de eso te desafilio… no vas a tener ningún problema! Y así pasó el mes, el compañero pago la 1ra cuota pero nunca me desafilió, tuve que pagar dos meses y el compañero y su esposa se hizo humo…. Tuve que esperar el tiempo mínimo de permanencia pagando los 40$ para que al final yo mismo tener que cancelarlo… Ha pasado más de un año y hasta ahora estoy esperando el reembolso de mi compañero de colegio ¡¡¡NI MÁS!!!

Cosas que pasan.

miércoles, 28 de enero de 2009

Padre ¿yo?

Si deseas casarte y tomarte tu tiempo para tener hijos... entonces tienes que estar preparado para soportar toda esa presión social que vendrá desde nuestros familiares y amigos donde te exigirán que tengan hijos desde el primer día de casado.

Y es que parece que está escrito en piedra que casarse el sinónimo de hijos, o el de tener hijos ni bien te casas... felizmente mi esposa y yo supimos contrarrestarlo y tener nuestra bebe en el momento que quisimos tenerla. Y es que como dije, la presión social es muy fuerte pero nos hicimos respetar por lo que después de dos años de casados mi esposa se embarazó.

El embarazo de mi esposa fue muy particular, fue totalmente diferente a los embarazos que nos habían contado. Mi esposa no tuvo los clásicos mareos que suelen contar, tanto es así que pasados los 2 meses supimos que estaba embarazada (Y pensar que lo confundimos con una gastritis).

Desde el momento que la esposa de uno se embaraza, viene con ellos una serie de historias y recomendaciones de varias partes que llega un momento en que te ahogas. Felizmente logramos canalizarlos y hacerles más caso a los expertos, me refiero a los médicos, y lograr un embarazo sin novedades, sin preocupaciones, lo que le permitió a mi esposa laborar hasta 15 días antes de la fecha estimada de embarazado (Trabajó hasta los 8 meses y medio).

Una de los mitos más frecuentes es de los antojos: Contradiciendo la Televisión y a algunas personas, mi esposa no tuvo ningún antojo especial que no pueda encontrarlo en el Supermercado en un horario normal (Contradiciendo a muchas personas que indicaban que los antojos venían en la madrugada y uno tenía la obligación de satisfacerlo a esa hora). Es más, los antojos no vinieron del lado de mi esposa si no de parte mía, ya que fui yo quien la provocaba para luego convencerla de comer lo que a mi se me antojaba. Tanto fueron los antojos que al final mis triglicéridos se elevaron a más de 400 y mi colesterol subió a 300. Desde ahí ya no se me antojo nada.

Como recomendación a los futuros padres: no dejarse llevar por lo que dicen los demás... como dicen los médicos: "Cada mujer tiene una forma de llevar el embarazo distinto a las demás... no existe ninguna regla al respecto"

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Esas cosas que guardas siempre contigo

Mi madre, mi esposa y la gente más cercana me llaman cachibachero. Así que se me ocurrió escribir cinco objetos que tengo que a pesar de que ha pasado el tiempo y no lo uso siempre lo tengo conmigo como un recuerdo.

  • Mi tren a pilas. Una de las cosas que guardo desde que era niño es mi tren la cual corre sobre una rieles que se arman y que tienen la forma de 8. Asimismo tengo mi helicóptero, también a pilas, que lo tengo desde que tenia 3 años, mi monopolio, mi carro a pilas que cuando chocaba retrocedía. Todos estos juguetes aún funcionan por si acaso.
  • Mis cassettes de música. En mis tiempos de adolescencia, solía grabar en cassettes la música que me gustaba. Hoy en día a pesar de que ver un cassette es bien difícil aun los tengo conmigo... son 16 volúmenes que grabé durante varios años. Por si acaso también guardo el wallman para escucharlo.
  • Mi cuaderno de control de la secundaria. En el cuaderno de control que tuve en el último año de secundaria, tengo registrados a todos mi promo de colegio donde cada uno, con su puño y letra escribieron sus datos completos, sus direcciones y teléfonos. Siempre lo saco cuando hay un reencuentro.
  • Mi Cruz de Gun and roses. Cuando estaba en el cole era un hincha del grupo de Gun and roses, asi que un día cuando fui a la extinta feria del hogar, me compre una cruz de metal que tenia el diseño de álbum "Appetite for Destruction" del grupo. Recuerdo como pesaba la condenada.
  • Mi estuche de diskettes. Cuando empecé el mundo de la computación, empecé usando los diskettes de 51/4" donde tenía el DOS 3.0 el leguaje Logo y el Lotus 123, luego salieron los diskettes de 31/2" que los usé hasta la universidad. Todos estos diskettes con su respectivo estuche lo tengo guardado. Quien sabe, tal vez algun día sirván para algo... la ultima vez que me conseguí una disquetera de 51/2 ví que todavia servía los diskettes.

Ahora que me estas leyendo, haber si te animas escribir en tu blog o como comentario esas cosas que guardas y que no lo puedes botar.

lunes, 14 de enero de 2008

Regalito de Dios

A veces cuando se reúnen con la familia, comienzan a hablar de uno cuando era niño. Yo ni me acuerdo de lo que pasó pero supongo que es verdad ya que existe consenso cuando lo cuentan y me sorprende de las cosas que hice. Después de todo lo escuchado me he dado cuentan de algo: Que de niño fui un verdadero dolor de cabeza. Aquí una lista de las cosas que hice:
  • Recuerdo que una vez tiré las cosas que estaban en la sala (En la TV veía que cuando uno se amargaban tiraban las cosas) de mi casa cuando vivía en Iquitos.
  • En la misma casa, saltar en la cama, me hinqué con un alfiler en la planta de los pies.
  • Otra vez me dieron por perdido en Iquitos, mis padres con la ayuda de un montón de gente comenzaron la búsqueda por todos los alrededores de la casa. Lo que sucedió es que me fui acompañando a un vecinito a comprar me parece por lo que cuando regresé le cayó su reprimenda (era 3 o 4 años mayor que yo).
  • Ya cuando tenía cinco años vivía en Lima y me contaron que cuando entre a Inicial, una vez golpee a un niño (¿La razón? Solo mi subconsciente lo sabrá).
  • Cuando pasaba a una tienda, me tiraba al piso y hacia berrinche para que me compren algo, el que más pagaba pato era mi pobre abuelo Julio ya que tenía que comprarme.
  • En la casa de una tía tenían una gata que un día parió gatito. Yo de celoso, según me dice, le pisé la cabeza a uno.
  • Una vez, de cólera y saliendo de mi colegio deje botado todos mis útiles escolares para cuando llegue a mi casa mi madre me resondró y al regresar por el camino que iba a mi colegio se encontraron algunos colores, y demás útiles.
  • Cuando estaba en Tauca, me empeñé en comer carne de caballo, hice tal berrinche que me contaron que tuvieron que fingir que la carne que comía era de caballo para que me tranquilice.
  • Cuando tenía 6 años y en pleno cambio de muelas, mi tía Acela me sacó una. Producto del dolor provocado me cuentan que agarré una olla y comencé a corretear a todos los presentes para golpearlo alcanzando golpear a mi tía en sus piernas la cual le deje hinchado por varios días.
No se me viene a la mente más cosas, ni sé cuando empecé a cambiar para convertirme en un ser más pasivo, solo sé que mis hijos van a ser peores…

viernes, 30 de noviembre de 2007

¿Qué son las pabladas?

Estuve buscando en Internet el concepto de "Pabladas" y encontré estos significados.


"Porque lo mejor de Pablo es su carácter. Aparte de un pasado lleno de "pabladas" (dícese de las acciones involuntarias y/o frases inoportunas, que ejecutaba Pablo Domínguez y que provocaban un max-mix de violentas reacciones), es un tipo con el que no te puedes enfadar, aunque lo intentes...". (Fuente: http://personal.redestb.es/pdominguez/personal.htm)


"¿Podría explicar que son las pabladas? ... No es un estilo propio, es una gracia de mis compañeros..., que bautizaron así mis locuras." (Fuente: http://canales.laverdad.es/panorama/reportaje050802-3.htm)


"Especie muy poco conocida, con un carácter de mierda y actitudes de viejo... Siempre se queja de todo y sobre todas las cosas de los precios del supermercado. ... Aclaramos que es un experimento fallido..." (Fuente: http://www.aladeltaweb.com.ar/mat/pabladas/pabladas.htm)

Dejo al criterio de ustedes el significado que más se adecue a mi persona.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Siempre en los estudios

Cuando estudiaban en el colegio, ¿que hacían en sus ratos libres o en sus vacaciones?... pues yo solo estudiaba. La primera vez que usé una computadora fue cuando estaba en primer año de secundaria. Estaba en el colegio y había un curso llamado computación. Usaba una computadora de la marca Apple y tenia mis disquetes de 51/4 la cual había programas que nos enseñaban como escribir correctamente y el uso de algunas letras como complemento al curso de lenguaje. El curso me gustaba y hasta ese momento no sabía que iba a vivir de la informática.

A raíz de eso, en los meses de verano de mi tercer año de secundaria, mis padres me inscribieron en el instituto Cesca que quedaba en el segundo piso de la Av. Wilson 1160. Lleve tres cursos: Logo, el sistema operativo Dos 3.0, el lenguaje de Programación Basic y la hoja de cálculo Lotus 123. A partir de ese año participaba en algunos concursos de Matemáticas organizados generalmente por la academia Cesar Vallejo. y por la academia Pitágoras.

En los meses de verano de mi cuarto año de secundaria estudié en el instituto Cimas, allí llevé el curso de "Quatro Pro" que era parte de sus cursos de verano para escolares. Me gustó esa academia ya que no permitía que la gente se relajara y jugara. Hay fui parte de la Transición del Disquette de 51/4 a de 31/2. Recuerdo que mi profesor se llamaba Salvatierra y siempre nos daba alientos ya que solía decir que resolvíamos los problemas que no podían resolver los que estaban en la carrera de computación. Me gustó ese instituto. Durante las meses de clases, me ganaba media becas en academias. Recuerdo que asistía en las noches a la academia Gutemberg que quedaba en el Jr. Zepita. La Academia había repartido medias becas a los primeros puestos de los salones de diversos colegios. Conocí a varias amigas del "Rosa de Santa maría", "Yolanda Prieto", "Nuestra Señora de Monserrat". Era inevitable dedicarme en esa academia solo a los estudios así que en los Breaks y en las salidas nos dedicábamos a la vida social.

Por culpa de una huelga de profesores, el colegio duró todo el mes de verano del siguiente año. Como estudiaba en la tarde, En los meses de verano de mi quinto y último año de secundaria estudié en el instituto Cepea estudiando el curso de Word Perfect. El curso era parte de la carrera de Computación que ese instituto brindaba, así que el curso lo llevé con gente jóvenes mayores que habían terminado del colegio por lo que fui el más joven del grupo. Durante el mes de Enero fue muy agitable ya que estudiaba hasta las 12 en el instituto y por la tarde me iba al colegio a terminar el 4to año de secundaria. Ya cuando estaba en los meses de clases, Mientras estudiaba por las mañanas en el Colegio, en la tardes me iba a la academia Pitágoras ya que me había ganado una beca para estudiar. Hay me encontraba con varias alumnos de diferentes centro de estudios cercan os que al igual que yo, también habían sido primeros en sus clases. No me acuerdo mucho de lo que hice en ésta academia será porque me dediqué al estudio y no hice mucha vida social. Adicionalmente, me había ganado un beca para volver a estudiar en el instituto Cesca para llevar el curso de Operador de Computadoras" que incluían los cursos del Sistema Operativo DOS, El WordPerfect 5.0, Quatro Pro y Fox.

Cuando termine la secundaria y como preparación para Postular a la Universidad (Que en ese tiempo quería la UNI), ingrese a estudiar en el curso de verano de la academia Alfa que queda en la Av. Tacna. Luego de haber postulado y de no haber ingresado, ingresé a la academia Cesar Vallejo del Jr. Chancay. Hay tuve la oportunidad de ser parte del grupo de estudio que estudiaban después de las horas normales de clases pero luego de dos asistencias no volví a ir. En las dos academias que habían asistido en ese año había gente que era lobo resolviendo problemas pero que no podían ingresar. En cambio había gente que siempre salía jalada y que a veces no asistían a la academia, sin embargo llegaban a ingresar a la UNI en su primer intento. En el siguiente año en los meses de verano me inscribí en el curso de Repaso en la academia ACJ. Era una academia nueva y muy buena ya que había congregado a diversos profesores de diferentes academias. En los domingos me participaba en los simulacros de diversas academias para ver mi performance en el estudio. Ese año postulé a la UNI y a San Marcos ingresando a la segunda unidad. Es tradición que las academias saquen la relación de todos sus ingresantes con el fin de propaganda. Es por eso que cuando ingresé por primera vez a la San Marcos mi nombre figuró en diversas academias donde alguna vez estudié o participé en sus simulacros.

Hasta el momento que ingresé a la Universidad, durante cinco años seguidos me había dedicado a estudiar en diversos institutos ya sea como reforzamiento a mis estudios escolares, estudiando cursos de computación o preparándome a la academia.

jueves, 25 de octubre de 2007

¿Trigliceridos? ¿Yo?

He estado últimamente chequeando mi salud y me doy con la sorpresa de que mis triglicéridos están altos. ¿triglicéridos? ¿Pero si yo aún estoy joven dije? No contento con este resultado me atendí con otro doctor y por desgracia el resultado fue el mismo.

Cuando he escuchado de personas que tienen problemas de triglicéridos o de colesterol, siempre los he asociado con gente mayor, con gente de base 4 para arriba pero parece que no era así. Es por eso que cuando les comento a mis amigos sobre mi diagnóstico el que menos se sorprende.

Entre todas las causas posibles he seleccionado dos que de seguro fueron las culpables:
  • La alta cantidad de carbohidratos consumidos (como por ejemplo pan, arroz, frijoles, papa y verduras harinosas, pastas, cereales).
  • El Alto Consumo de grasas
Así que, durante un tiempo le diré adiós a la lasaña, a mi arroz con pollo, a mi tacu tacu, mi pizza querida, mis frejolitos, mi causa, mis parrillas de fin de mes, mi desayuno surcano, mis panes en el desayuno y me cervecita querida.

El Lunes 22 llamé a saludar por su cumpleaños a mi amigo Marco del colegio y resultó que también estaba con los triglicéridos altos ¿Será algún tipo de maleficio a los guadalupanos? veremos que pasa mas adelante

miércoles, 10 de octubre de 2007

De chapas y chaplines

Alguna vez se han preguntado cuantas chapas, alias o sobrenombres te han puesto en toda tu vida. En varias ocasiones he puesto sobrenombres a uno que otro incauto, pero pensando que apodo ponerle a un compañero de trabajo se me vino a la mente todos los sobrenombres que alguna vez me pusieron.
Cuando era niño mi familia me llamaba con palabras que resultaba producto de algunas expresiones que motivaron risas cuando las pronunciaba. Como por ejemplo "papó" cuando quería decir mi nombre. Otro ejemplo era "Apapeto ayallano" cuando realmente quería decir la parte inicial de la canción del conocido dibujo animado Marco: "En un puerto italiano...". Hoy en día a veces mi primo Edgar me llama "Begazo", nombre de un jugador que alguna vez pasó por el fútbol peruano. Mi madre me puso el apodo de “pablenque” (De ahí mi NICK).
Los amigos del barrio me llamaban "Langui" ya que en ese momento era el más alto de todos ellos. En otro barrio me decían "Pan ácido" supongo por la similitud que se pronuncia mi apellido. Durante la época escolar, tuve apodos como “Picapiedra” (unas amigas del Rosa de Santa María me llamaban así), recuerdo que mis compañeros de clase me llamaban “plashido” o “plástico”.
Donde tuve más chapas fue en la universidad: Comenzaron llamándome "Nacho o Guillermo" por lo que decían que tenia un aire al cantante Guillermo Dávila (Todavía mi amiga Tatiana me llama así). Luego me llamaron o me llaman "Pol" que salió del curso de inglés que un grupo de compañeros llevamos en el primer año de la universidad y donde el teacher me llamaba "Peter Pol". Al final mis amigos solo se quedaron con pol. Mi amigo Nicky me puso la chapa de "Watachayanne" por lo barrigón que me había puesto producto de haber bebido, cabe mencionar con gran placer y dedicación, la rica cerveza. Del apodo de Pol salieron otros sobrenombres como "polaco" y "polo" (saludos a mi amiga Paola).
Donde también pude capturar algunos sobrenombres fueron con algunas enamoradas. Una de ellas me decía “Ibañez” por el parecido al Arquero de Fútbol. Los primos de otra enamorada me decían “pabilo”, en alusión a la pita, por lo flaco que era en ese entonces. En el trabajo me pusieron sobrenombres como "Maximus" que me puso el área técnico, también me llamaron "el hermano Pablo" por los email que un tiempo mandaba con mensajes reflexivos.
De mi nombre salen diferentes combinaciones. La personas con las que trabajo no saben si llamarme Pablo, Pedro, Pedro Pablo, Plácido. Pero no hay duda que la más acostumbrada a tantos sobrenombres es mi madre ya que cuando llamaban por teléfono a mi casa usaban cualquiera cualquier de los sobrenombres mencionados.