lunes, 14 de enero de 2008

Karate Kid

Hace mucho, mucho tiempo era deportista y durante algunos años me dedique a practicar el Taekwondo. Me inicié en éste deporte por la insistencia de un compañero de la universidad (Que será de la vida de mi pata Cesar Miranda) y las clases eran en el estadio nacional (El horario era de 7:30 a 9:00 e iba 3 veces por semana). Las clases eran buenas y la mayoría eran estudiantes de diferentes universidades.

Recuerdo que había un chatito (1:60 seria de talla) que peleaba bien, había una chica cuyas piernas parecían un par de troncos y sus patadas eran fuertes, había otro que tenia labio leporino y era bueno. En mi grupo estaba Felipe, un estudiante de medicina en la Villarreal, Cesar mi compañero de la universidad, Patty que vivía en el Jr. Piura de SMP pero no me acuerdo que estudiaba, también estaba Ricardo que estaba por terminar medicina veterinaria, y John el patita de labio leporino.

Una turno antes (De 6:00 a 7:30) había un grupo de patitas (Más jóvenes que nosotros) que se alucinaba los mejores peleadores del mundo, siempre nos rajaban y se burlaban de algunos de nosotros. Yo entendí que algo habría pasado entre los dos grupos antes que llegara a entrenar pero no era así, de la nada comenzaron las burlas. Nuestro grupo siempre fue tranquilo y nunca dejaron que les afecte. El primer grupo a veces se quedaba a ver nuestro entrenamiento y se burlaban si alguien no pateaba bien o si no era suficientemente rápido.

Después de algunas semanas de tanta joda el turno anterior salió y se dirigieron a sus casas caminado por la Vía expresa hasta paseo colón (En esos tiempo no había parque de Lima por lo que la zona era un tanto oscura) cuando fueron interceptados por un grupo de pirañas. Ese día les robaron sus maletines, sus zapatillas y sus casacas. Uno de ellos regresó al Estadio Nacional para contar al profesor y de paso para que le preste para sus pasajes.

A la siguiente clase nos miraban de reojo y se sentían avergonzados. Nosotros no dimos tanta bola con lo ocurrido por lo que tiempo después el primer grupo cambio el trato hacia nosotros siendo más amables y hasta respondían a nuestros saludos.

Moraleja: No esperes a que te dejen medio calato para recién darte cuenta que no debes burlarte de los demás.

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