sábado, 22 de septiembre de 2007

El amor en los tiempos del Cólera

En el Perú, varias empresas tienen como política no aceptar las relaciones amorosas entre sus empleados, pero a veces los empleados no acatan ésta política. Sin importar el temor que lo despidan inician una relación sin saber tal vez que podría convertirse algo serio, pero las cosas pasan y no hay forma de como evitarlo. Tal es el caso de una empresa que tenía esa clase de política, y aunque suene paradójico, durantes los años que viene funcionando varios de sus empleados iniciaron una relación amorosa. Para la suerte de ellos fueron descubiertos y al menos, hasta cuando trabajaba ahí, siempre era la mujer a la que despedían. Pese a todo ésto, las parejas se veían y se acostumbraban a esa nueva forma de llevar una relación, terminando muchos de ellos casados, y aunque uno crea que no volverá a pasar, siempre y en cualquier momento una nueva Flama de amor comenzará a arder entre los empleados de aquella Empresa. Una de estas historias es la que voy a contar y es el motivo por la que escribo éstas líneas.

Es la historia de Grisel y Pablo, trabajaban en la misma empresa y tal como sucedían con las anteriores relaciones amorosas, comenzaron a salir a escondidas. A pesar de que la empresa no era grande, ellos no se conocían en un primer momento. Pasó varios meses y en un paseo que realizó la empresa, ellos se conocieron. Desde el primer momento hubo química, comenzando a mandarse e-mail y salir a diversos lugares. Así poco a poco y después de varias salidas empezaron a ser enamorados. Al comienzo era muy difícil, ella trabajaba en el primer piso y él en el segundo, y cuando se encontraban en los pasillos de la empresa apenas se saludaban, cada uno más profesional que el otro se dedicaban a sus labores diarias. Al salir del trabajo se encontraban en lugares alejados. No lo hacían en los alrededores por el temor a que los vean ya que tenían la experiencia de anteriores relaciones que fueron descubiertos. Así estuvieron más de un año y a pesar de que algunos compañeros de trabajo los molestaban ellos siempre decían que no había nada entre ellos, que eran meras especulaciones. Y no se podía pensar de otra forma ya que nunca fueron ampayados. Con el tiempo y ante la paradoja de que el mundo es chico, dos compañeros de trabajo llegaron a saber de la relación guardando el secreto.

Pasado el tiempo, Pablo quería casarse con Grisel pero sabía que no podía hacer nada mientras ambos trabajasen en la misma empresa, así que esperó conseguir un proyecto la cual le ayudó a salir de la empresa y al mes pedirle matrimonio. Cuando se retiró Pablo de la Empresa habían pasado año y medio de relación, habían empezado una nueva etapa, la de Novios. Grisel continuó en la empresa hasta el día en que se casó.

3 comentarios:

El MAF dijo...

Política laboral absurda. No quiero caer en cursilerías, pero es buena excusa como para decir que el amor está en otro nivel, lejos de tontas reglas sociales, políticas o empresariales. Saludos y bienvenido al mundo de los blogs.

Claban dijo...

Aja!... coincido con el amigo leMartin. Hay cada cosa que se ve en el ámbito laboral. Que discretos por cierto los héroes del relato.
Saludos amigo P.P.

Anónimo dijo...

!No existen barreras, politicas,
normas,ni nada por el estilo
cuando el amor es verdadero!
! QUE VIVA EL AMOR DE GRISEL Y
PAULO!!!!!!!! YEYE

el comentario anónimo era un prueba de mensaje.